Jorge Mágico González, corazón gaditano

Si alguna vez hubo un jugador peculiar, con anecdotas por doquier, ese fue Mágico González. El nombrado mejor jugador salvadoreño de la história desarrolló su carrera entre su país y el Cádiz, pudo haber ido al Barcelona, o al París St Germain, pero entre que no puso mucho de su parte, y los dirigentes de estos equipos no lo vieron claro, se quedo en Cádiz, donde le querian y donde él quería.

 

 Jorge Alberto González Barillas, natural de El Salvador, allí jugó en la primera división siendo apodado el Mago, con su juego y sus goles clasificó a la selección nacional para el mundial de España 82, pese a irse del torneo con cero puntos; perdieron 2-0 frente a Argentina, 1-0 frente a Bélgica y un humillante 10-1 frente a Hungía, González fue destacado por sus muy meritorias muestras de calidad. Esta actuación le sirvió para que media liga española se peleara por él, pero fue el Cádiz quien lo fichó. Allí, como él mismo dijo después, le consintieron, perdonaron y tal vez admiraron. Jugador único, destacaba su rapidez y sus goles, el resto de caracteristacas que podríamos invocar pensando en un futbolista completo no se encontraban ni en la cabeza del Mágico. Estuvo a prueba en Francia y se dedico ha hacer todo lo contrario de lo que el entrenador le decia, si le decia que jugase por la derecha, el se iba a la izquierda y así con todo, cuando le preguntaron por qué, él contesto: "Es que yo no quiero querdarme aquí".

También fue a hacer una prueba a Bergamo, Italia, dada la insistencia del Atalanta por ficharle, pero lo que ellos no sabían era que Jorge jugó en la prueba todo lo mal que pudo, "para que le dejaran vivir traquilo en Cádiz". Otra oportunidad de mejorar cualitativamente fue cuando hizo una gira por Norteamérica con el Barcelona de su amigo Maradona, en un hotel de California estaban hospedados cuando saltó la alarma de incendios, a Mágico Gonzalez le pareció más oportuno quedarse en su habitación con una mujer que salir del edificio, después de esto se frustró el fichaje. Jugó durante un año en Valladolid pero regresó a Cádiz porque en la ciudad castellana "hacia demasiado frío", así era Mágico, pero a la vez un goleador expectacular, El Diego decia esto de él:

Nadie lo sabía antes de fichar, pero en Cádiz era el único lugar del mundo donde Jorge Gonzalez podia vivir y jugar, allí hay mil anecdotas: como que iban a buscarlo a su casa para que entrenara, o como que un día le dijo el entrenador que al día siguiente tenia que ir a entrenar habiendo dormido ocho horas, sin excusas, y Mágico apareció a las tres de la tarde, "Me dijiste que durmiera ocho horas" dijo. El Bambino Veira, siendo entrenador del Cádiz y cansado de que llegara tarde a entrenar fue a despertarlo una mañana con unos cantaores y guitarristas flamencos, el Mágico dijo: "Me levanto por que me gusta la música", y así hizo mil, pero luego salía al campo y algunos decían: "técnicamente es mejor que Maradona, al fin y al cabo juega con las dos, Diego solo con la izquierda", el pase no entraba entre sus cualidades pero el regate y el tiro los tenía en exceso, era un expectáculo. En un trofeo Carranza jugaban contra el Barcelona, pero el Mágico no llegó al partido hasta el descanso, cuando el Barcelona ya ganaba tres a cero, salió en la segunda parte, marcó dos goles y dió dos asistencias, el Cádiz ganó cuatro a tres, impresionante.

Mágico Gonzalez se retiró a los 42 años en su país pero dejó una huella imborrable en Cádiz y en toda España, inventor de la culebrita, que luego, en pies de Ronaldinho, se llamaría la elástica. Un mito que ahora tiene una escuela de jovenes en su país, y que sigue con su filosofía de vida que una vez definió: "Mi obsesión fue ser feliz", nuestro recuerdo al gran Mágico Gonzalez.