Especial: La Champions se juega en Udine

Con la liga prácticamente decidida, el gran punto de interés del Scudetto se centra en saber quién será el último cuarto clasificado que obtenga una plaza para la Champions.
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Con el Milán asentado en la primera plaza del campeonato, y con los ocho y nueve puntos que tiene sobre Inter y Nápoles, parece claro cuál va a ser el destino del título. Ahora el interés se traslada a la lucha por la Liga de Campeones, un codiciado cuarto puesto que ahora ocupa la Lazio y al que el Udinese es aspirante, pues parece que la debacle del Nápoles no será tan grande como para que peligre su tercera plaza.
Tras los duros partidos que tendrán que afrontar la próxima jornada los dos, la visita a Florencia del Udinese y el partido de los romanos contra la Juventus, el enfrentamiento directo entre ellos en la siguiente jornada, en el césped del Friuli de Udine, se antoja decisivo.
El Udinese, bajo el trabajo de la familia Pozzo, otros de los llamados ricos de Italia; está haciendo una importante apuesta por la captación de jugadores jóvenes que empieza a dar resultados. Con Alexis Sánchez como punta de lanza, el proyecto sufrió un duro revés con los malos resultados de la pasada campaña, pero puede terminar este año con un premio increíble.
La irregularidad define la temporada de los de Francesco Guidolin, tras comenzar el campeonato con cuatro derrotas consecutivas, llevaban sin perder desde enero gracias a los goles de Di Natale; pero en las cuatro últimas jornadas, además de quitarle las opciones de título al Nápoles, ha perdido frente a Lecce, Roma y Parma. Cualquier cosa puede pasar en las jornadas que quedan.
Por su parte, la Lazio, asentada en el cuarto puesto tras una temporada marcada por el rendimiento de Hernanes, depende de la inspiración del brasileño para desarrollar su juego. Después de un comienzo prometedor, en las primeras 18 jornadas parecía el único capaz de seguirle el ritmo al Milán, el bajón del equipo supuso dos victorias en siete partidos que le alejaron de los puestos cabeceros.
A partir de ahí, ha alternado buen juego y victorias, con derrotas que han supuesto un duro golpe para el vestuario, como la del derbi ante la Roma. Aunque bien es cierto que, en cierta medida, las cosechadas contra Nápoles e Inter eran presumibles.
No son dos equipos en clara progresión, ni vienen lanzados desde atrás, son equipos que han estado coqueteando con el puesto desde la mitad de la temporada y que no han podido aspirar a más porque puede que se les esté haciendo un poco larga la temporada, todo se juega en las jornadas que quedan, una lucha apasionante.